martes, 13 de noviembre de 2012

EL TEATRO EN EL AMBITO ACADÉMICO




EL TEATRO EN EL AMBITO ACADEMICO.
(Entre dudas, certezas y algunos interrogantes)
Lic. Rafael Nofal

                   Esta ponencia tiene más que ver con mis dudas que con mis certezas…es que a medida que pasan los años de profesar el teatro de las más diversas formas: Escribiendo, dirigiendo, enseñando etc.,  las primeras son mucho más numerosas que las segundas. Por ejemplo: Hay días en que salgo de alguna clase preguntándome: Para que enseñar teatro en este lugar del mundo? Para que enseñar teatro en una universidad del “norte del sur”, es decir en un lugar muy alejado de los centros de poder, de donde se deciden las cosas. ¿Es necesario? ¿sirve para algo? Pienso entonces en Oscar Wilde y su concepto del arte como una “bella inutilidad” liberándolo de cualquier fundamentación ulterior, desolemnizándolo y quitándole mayores obligaciones como no sea la de dar placer. ¿Es entonces, necesario? Si y no, diría. No, porque de hecho conozco a muchas personas que viven tranquilamente y sin ninguna culpa  por no  haber pisado jamás una sala de teatro;  si, porque nadie puede quitarnos a nosotros el infinito, único, placer de subirnos al escenario y contar nuestras historias o compartir nuestras fantasías. Nadie puede tampoco negarle a aquel que decidió entrar a una sala de teatro como espectador, la posibilidad de gozar del momento de epifanía: ese mágico e irrepetible momento en el que actor y espectador suspenden la realidad exterior para crear una nueva, única, realidad compartida por el tiempo que ellos decidan. Bueno, está bien, pero…¿es necesario que esté ocupando un lugar en la universidad? preguntaría algún cultor de las ciencias duras ya que el concepto de taller, de maestro- discípulo que primó durante siglos para transmitir los conocimientos de las artes  sigue presente en muchas cabezas. Y también, por supuesto el concepto de que el arte es algo superfluo: ¿Para qué queremos teatro si no hay algodón en los hospitales? Dice el mismo señor. Es que debe haber las dos cosas, señor, le contestamos, algodón en los hospitales y teatro para el que quiera consumirlo.

Cartas... cartas...

Hola… hoy me desperté pensando en vos. Es que cuando los días son así, frescos, cuando llovizna como hoy, pienso que la noche va a estar ideal para encontrarnos. Entonces me preparo, a la tarde me baño largamente, me depilo… que aunque vos no lo notés a mi me hace sentir mejor, más segura.

Después de muertos de Manojo de Calles - 2012

                                          Foto Darío Albornoz