EL TEATRO EN EL AMBITO ACADEMICO.
(Entre
dudas, certezas y algunos interrogantes)
Lic.
Rafael Nofal
Esta
ponencia tiene más que ver con mis dudas que con mis certezas…es que a medida
que pasan los años de profesar el teatro de las más diversas formas:
Escribiendo, dirigiendo, enseñando etc., las primeras son mucho más numerosas que las
segundas. Por ejemplo: Hay días en que salgo de alguna clase preguntándome:
Para que enseñar teatro en este lugar del mundo? Para que enseñar teatro en una
universidad del “norte del sur”, es decir en un lugar muy alejado de los
centros de poder, de donde se deciden las cosas. ¿Es necesario? ¿sirve para
algo? Pienso entonces en Oscar Wilde y su concepto del arte como una “bella
inutilidad” liberándolo de cualquier fundamentación ulterior, desolemnizándolo
y quitándole mayores obligaciones como no sea la de dar placer. ¿Es entonces,
necesario? Si y no, diría. No, porque de hecho conozco a muchas personas que
viven tranquilamente y sin ninguna culpa
por no haber pisado jamás una
sala de teatro; si, porque nadie puede
quitarnos a nosotros el infinito, único, placer de subirnos al escenario y
contar nuestras historias o compartir nuestras fantasías. Nadie puede tampoco
negarle a aquel que decidió entrar a una sala de teatro como espectador, la
posibilidad de gozar del momento de epifanía: ese mágico e irrepetible momento
en el que actor y espectador suspenden la realidad exterior para crear una
nueva, única, realidad compartida por el tiempo que ellos decidan. Bueno, está bien,
pero…¿es necesario que esté ocupando un lugar en la universidad? preguntaría
algún cultor de las ciencias duras ya que el concepto de taller, de maestro-
discípulo que primó durante siglos para transmitir los conocimientos de las
artes sigue presente en muchas cabezas. Y
también, por supuesto el concepto de que el arte es algo superfluo: ¿Para qué
queremos teatro si no hay algodón en los hospitales? Dice el mismo señor. Es
que debe haber las dos cosas, señor, le contestamos, algodón en los hospitales
y teatro para el que quiera consumirlo.